El Reloj
Tomó el sobre, caminó unos pasos, la
pantalla del monitor decía su nombre, adelante… sólo una paciente, se sentó,
sabía que en sala de espera más que esperar se aguanta, miró su reloj, ya era
tarde, una niña jugaba con la falda de su madre…¡Niños en esta sala, cuánta ironía!
Pensó… intentó abrir el sobre, pero la ansiedad se mudo a sus ovarios, sintió
dolor, tal vez no estaban tan viejos, acarició su vientre y miro la luz para no
llorar, allí creyó ver una virgen, la misma que guardaba en su billetera.La puerta se abrió, salió una mujer
sonriendo, deseó correr su misma suerte, la puerta volvió a cerrarse, miró el
reloj nuevamente, acarició su alianza y rezo con fuerza sin saber a quién.
La puerta se abrió otra vez, su nombre
enmudeció en su ombligo, se levantó, sintió que el cuerpo se estremecía de
angustia, camino unos pasos y en el impulso inerte el sobre se cayó entre sus
piernas, así como se cayó la naturaleza en su reloj, lo levantó y entró. Y esta vez
fue ella quien cerró la puerta.
muy bueno!!!
ResponderEliminarGracias! algo de poesia! jaja
ResponderEliminarhermosooo!!
ResponderEliminarGracias Jesi!!!
EliminarBuenísimo!!!!Felicitaciones...
ResponderEliminarGracias Ale!!! ya volveremos a escribir poesia...
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