jueves, 15 de agosto de 2013

PALABRAS INFÉRTILES





El Reloj

Tomó el sobre, caminó unos pasos, la pantalla del monitor decía su nombre, adelante… sólo una paciente, se sentó, sabía que en sala de espera más que esperar se aguanta, miró su reloj, ya era tarde, una niña jugaba con la falda de su madre…¡Niños en esta sala, cuánta ironía! Pensó… intentó abrir el sobre, pero la ansiedad se mudo a sus ovarios, sintió dolor, tal vez no estaban tan viejos, acarició su vientre y miro la luz para no llorar, allí creyó ver una virgen, la misma que guardaba en su billetera.La puerta se abrió, salió una mujer sonriendo, deseó correr su misma suerte, la puerta volvió a cerrarse, miró el reloj nuevamente, acarició su alianza y rezo con fuerza sin saber a quién.
La puerta se abrió otra vez, su nombre enmudeció en su ombligo, se levantó, sintió que el cuerpo se estremecía de angustia, camino unos pasos y en el impulso inerte el sobre se cayó entre sus piernas, así como se cayó la naturaleza en su reloj, lo levantó y entró. Y esta vez fue ella quien cerró la puerta. 





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