La falluta de la Tía Colorada!

A la tía colorada quiero decirle que se vaya a cagar!!!.

Es una estúpida!!!!, si quiere venir a tomar unos mates no tengo problema, no es que me guste tanto su visita pero ya me acostumbre. Pero el mes pasado me avisó que pasaría en determinada fecha, la esperé, me ocupé de no ponerme pantalón blanco para recibirla (a ella no le gusta), me ocupé de preparar el ibu-evanol forte y plus por si los necesitaba, compré los tampones que siempre se fuma para que los disfrute, las toallitas ultrafinas para que se limpie la cara. De hecho, volví a revisar el calendario para convencerme que no estaba retrasada… pero la Tía Colorada esta vez se emperró en no llegar a tiempo… por qué???, mala, más que mala… no había necesidad… estuve como estúpida esperándola, pensando en el fondo, muy en el fondo, que tal vez no vendría por varios meses, me ilusioné con la idea.

Y la Mamá del Corazón?

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Hola gente! Vi este comercial y tenía ganas de compartirlo con ustedes. Es curioso como algo que en un principio parece tierno y natural luego de verlo varias veces se convierte en ofensivo por donde lo mires.

Madre Densa vs Madre Desplumada

Hola gente linda!!! ya pasó el Día de la Madre, no escribí ningún post porque tenía poco para decir. Sin embargo, las publicidades hablaron por mí, bombardeando en cada minuto digital y recordando que la maternidad es lo mejor que le puede pasar a una mujer. Sin comentarios. Pasa siempre, en el día del amigo, del padre, de lo que sea. Y ahí es cuando corremos como atolondrados para saludar a cuantos padres, madres o amigos conocemos. El “día de…” simplemente no existe. Todos los días  son los días de la madre, del amigo o de lo que sea, la diferencia es que no tenemos promociones en las vidrieras. Lo cierto es que, a pesar de no creer en los días, tampoco pasé el día pensando que NO SOY MADRE sino que TENGO MADRE, no pensé en mí, elegí correrme del centro y el ejercicio fue lindo.

¿El mejor lugar para estar?

Hace un tiempo me compré el libro “Mujeres que corren con los lobos”, de Clarissa Pinkola Estés, por recomendación de alguien que me ayudó en su momento, (bueno que me hago la misteriosa… era mi psicóloga… jaja).

El libro muy bonito, pero no lo entiendo. Dos veces lo devolví a la biblioteca para que siguiera llenándose de cuantos zondas pasan por casa. Le quiero dar una oportunidad, pero si bien tiene líneas más que interesantes, el libro en su totalidad me resulta complejo. Estoy convencida que es un libro para psicólogos, no para pacientes. Como sea,  encontré unas líneas que me gustaron y quería compartirlas con ustedes. Esas líneas estaban remarcadas, tal vez porque me parecieron hermosas, pero hoy al leerlas con cabeza de desplumada me resultan vagas, vacías, injustas.

En Sala de Espera

El día despertó nublado, como la idea de aquella consulta. Todos los estudios guardados en una ligera carpetita. El desplumado los toma y los guarda; abrigo, llaves y un beso para recordar nuevamente que están juntos, caminando en una dirección, sabe Dios cuál y la virgen de la Dulce Espera hasta dónde.

El primer escalón fue una linda bienvenida, seguramente puesto para despabilar a los dormidos. La sala estaba completa, pacientes sentados en todos los rincones, jóvenes, muchos jóvenes, algunos no tanto, pero todos estaban ahí, aguardando en rostros de intriga.