jueves, 10 de octubre de 2013

¿El mejor lugar para estar?

Hace un tiempo me compré el libro “Mujeres que corren con los lobos”, de Clarissa Pinkola Estés, por recomendación de alguien que me ayudó en su momento, (bueno que me hago la misteriosa… era mi psicóloga… jaja).

El libro muy bonito, pero no lo entiendo. Dos veces lo devolví a la biblioteca para que siguiera llenándose de cuantos zondas pasan por casa. Le quiero dar una oportunidad, pero si bien tiene líneas más que interesantes, el libro en su totalidad me resulta complejo. Estoy convencida que es un libro para psicólogos, no para pacientes. Como sea,  encontré unas líneas que me gustaron y quería compartirlas con ustedes. Esas líneas estaban remarcadas, tal vez porque me parecieron hermosas, pero hoy al leerlas con cabeza de desplumada me resultan vagas, vacías, injustas.

Ahí van:


“En México dicen que las mujeres llevan la luz de la vida. Y esa luz está localizada no en el corazón de las mujeres ni detrás de sus ojos sino en los ovarios, donde están depositadas todas las semillas antes incluso de nacer”…

…“Poseer la semilla significa tener la clave de la vida. Estar con los ciclos de la semilla significa bailar con la vida, bailar con la muerte y volver a bailar con la vida. Es la encarnación de la Madre de la Vida y de la Muerte en su forma más antigua y original”...

NO NO NO Y NO!!!!... Primero: todo muy lindo con los ovarios pero no son amigos de ninguna mujer en el mundo, ¡y mucho menos de las desplumadas!. El hecho de menstruar es una situación natural que siempre la mujer va a aborrecer, no nos gusta que en las vacaciones tengamos que ponernos protector solar y un tampón, ni estar en el casamiento de nuestra prima con la tía colorada, no nos gusta!.  Ni el dolor de ovarios que no lo para ni el ibuevanol súper forte y mucho menos el humor de perros que nos trae, ni la buzarda hinchada. No nos gusta y punto.

Segundo: No queremos bailar (ni con la vida, ni con la muerte, ni con el Andrés) y mucho menos una cumbia del tipo “agachadita, agachadita, ahí, ahí”, porque corremos el riesgo que se nos salte el tampón y le saquemos un ojo al tío borracho, o tengamos un percance con el espléndido pantalón blanco que nos clavamos por error (por más que todas las publicidades del mundo te prometen estar feliz y cómoda).

Tercero: respecto a la luz de la vida… ¿probaron cruzarse con una mujer menstruando el segundo día de su período?, cualquier cosa te puede hacer menos irradiar luz!!!, ni en pedo lleva la luz con ella, se le quemaron todos los focos, no hay lamparita encendida en ese cuerpito y mucho menos vela.

Pero más allá de las bromas, lo que me llama la atención de estas palabras es que da a entender que la mujer es por definición MADRE. Que debe llevar la “semilla”.  Y esto es hermoso, natural y cierto; pero hoy al leerlo con cabeza, corazón y cuerpo de mujer desplumada me parecen vacías. ¿Adónde quedan en estas palabras las mujeres de menopausia temprana o de envejecimiento ovárico?, con sus óvulos inmaduros, de poca calidad o inexistentes. ¿En qué parte de estas palabras están las mujeres que la naturaleza les negó la maternidad?. La semilla no está en todas las mujeres, pero no por ello dejan de tener la condición biológica de ser MUJER.

Ahora entiendo por qué andamos tan desorientadas las desplumadas, y es que no tenemos la clave de la vida. Y la clave de la vida no es como la clave del cajero, que si la olvidas llamas a algún 0800, o la clave del Facebook que la recuperas contestando algunas preguntas pedorras. Sin la clave, no abrimos nada. Estamos inactivas.

…“si se pierde algo, a ella es a quien hay que recurrir, con quien hay que hablar y a quien hay que escuchar. Su consejo psíquico es a veces duro y difícil de poner en práctica, pero siempre transforma y restaura. Por consiguiente, cuando perdemos algo, tenemos que recurrir a la vieja que siempre vive en la lejana pelvis. Allí vive ella, medio dentro y medio fuera del fuego creador. Es el mejor lugar en el que pueden vivir las mujeres, justo al lado de los óvulos fértiles, de sus semillas femeninas”…

Estas últimos renglones concluyen un poco la idea anterior, si perdemos algo tenemos que recurrir a la vieja que vive en la pelvis. Ahora me vengo a enterar que la caja de fósforos, la pincita de depilar y la lapicera que perdí la semana pasada tal vez están adentro de mi pelvis y que ahí también hay una vieja!!! Jajaja, con razón tanta buzarda últimamente!!!. Ahora le voy a decir a mi esposo que la caja de herramientas que perdió la semana pasada ya sé dónde puede estar!.

Y si el mejor lugar donde una mujer puede estar, es al lado de sus óvulos fértiles, definitivamente las desplumadas no tenemos lugar donde estar. Quizás el secreto es que tenemos que armarnos de uno, ya que la naturaleza nos negó el mejor lugar, tratemos de buscar un lugar, que no sea en la platea, para seguir viendo la función.

Me atrevo a decir que ese lugar es en “el músculo sano que necesita acción”. No hay mejor lugar para estar… ahí, justo ahí… en el corazón. Todas las mujeres tenemos corazón… y en eso sí que la naturaleza fue generosa!.

- La idea de la entrada era ironizar estos párrafos para mujeres infértiles, pero aclaro que el libro me parece maravilloso y madurar la última cita es un viaje asombroso y renovador… aunque no lo he terminado (ni al viaje, ni al libro). 

3 comentarios:

  1. Muy bueno como siempre Vicky!!! Con el tiempo comprendí que aunque mis ovarios están más" chau que hola",soy una MUJER y me siento plena como tal...aunque en algunos sectores de la sociedad piensen lo contrario.UN ABRAZO!

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  2. Gracias Ale, y me encanta escuchar eso "me siento plena"... un abrazo grande!!!

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  3. Genial como siempre !!! orgullosa de ser tu tia, te quiero con el corazon !!!

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