Hoy le toca el turno
al Pato Celoso. Ya que la mayoría de las desplumadas no tenemos “vientre
celoso”, no está mal que tengamos un pato que así lo sea. Ya dijimos que había
que acomodar los patitos en la fila, pero siempre se escapa uno, es así, son
rebeldes y desobedecen, y el pato celoso es uno de los peores, es un guachín
que aparece de vez en cuando pero cuando lo hace ¡Agarrate Catalina!.
Ser consciente de que
el pato se ha escapado no es un problema, por el contrario es favorable, el
problema es cuando alguien te dice que se
te escapó, eso molesta, después de todo “nosotros ya lo sabemos” (es como si
alguien te avisara que “se te escapó un
pedo”, uno ya lo sabe, ni modo que no lo sepa por Dios!!!, por eso, siempre
es mejor que uno lo reconozca antes). Pero a veces, con el pato celoso afuera
de la fila uno tiene ganas de preguntar ¿Y tu pato que onda?. Veamos un
ejemplo: